Sanabria

Este verano, he estado pasando unos días de descanso en la comarca de Sanabria, y lo que parecía que iba a ser una gratificante y reponedora estancia, en tan magnífica tierra, se tornó con el paso de las jornadas, en un periodo de sentimientos agridulces. El primer golpe moral me lo llevé, cuando al aparcar el coche en las proximidades del Lago, una chica uniformada, que ejercía labores oficiales de vigilante, me ofreció una papeleta en la que en nombre de la junta castellana, se solicitaba el donativo de un euro para la conservación del parque. Esta petición se me hizo por diferentes empleados en días sucesivos. Por supuesto mi negativa fue rotunda, y les dejé muy claro que no colaboraría jamás voluntariamente con algo que estuviera relacionado con Castilla, explicándoles detalladamente los motivos de tal negativa.
El segundo golpe me lo llevé en las fiestas de la localidad de Galende, al ver como las banderitas que anunciaban dicha festividad, mayoritariamente eran de nuestro verdugo castellano, y por si fuera poco hasta la tasca que la comisión de fiestas había montado para la ocasión, estaba empapelada de las dichosas banderitas castellanopucelanas. Por supuesto no consumí nada, y me marché del lugar más rápido que llegué.
Más adelante cuando las fiestas hubieron acabado, se produjo una manifestación, en contra de los planes restrictivos en materia urbanística, que la junta castellana tan bien promocionada por los lugareños, tiene para esa comarca. Por supuesto no acudí a dicha manifestación, y me dio pena, muchísima pena de que el pueblo leonés esté tan aborregado, sea tan dócil, y se deje manipular por personajes tan mediocres y ruines.
De mis vacaciones en Sanabria, me llevo el recuerdo de un paisaje esplendido, y la idea de que hay que redoblar los esfuerzos, para liberar a nuestra tierra, de la colonización castellana.¡¡¡VIVA LEÓN!!!