Hechizo

Estamos en época de elecciones y los políticos no escatiman en promesas, proyectos y demás formas de engaño hacia los ciudadanos, a los que nos toman por tontos y a lo mejor hasta tienen razón.

Los del PSOE hacen una caseta en la antigua azucarera de la ciudad de León y nos dicen que en un futuro no muy lejano se va a convertir en un castillo encantado que va a traer riqueza y prosperidad para los leoneses, va a salvar el aeropuerto, va a traer miles de turistas y congresistas, va a generar miles de empleos directos e indirectos... Por otro lado los del PP leonés nos dicen que si su candidato sale elegido alcalde de la ciudad de León se va a implantar la carrera de medicina en la ULE. De momento los más sinceros son los de la UPL, que no prometen nada, aunque solo sea porque saben que su futuro pasa por su extinción y que "prometer p'a ná es tontería".

Lo del Palacio de Congresos es una obra que, como el cruce de Michaísa, ya debería estar hecha hace alguna década y que se hará cuando un montón de ciudades no lleven una delantera insalvable y la carrera de medicina dicen que la van a implantar los mismos que nos han dicho de manera tajante que no se va a hacer nunca. De momento y lo más creíble de la campaña electoral es la promesa de llevarse el Polvorín de Cuadros a Valladolid (¿qué raro verdad?) y con él 73 empleos directos y otros 100 indirectos como mínimo (si eso lo hacen en campaña electoral, ¿qué no harán cuando finalice?).

Tengo que reconocer que esto de las campañas electorales "me mola". Por unos meses siento que mi tierra tiene un futuro prometedor(excepción hecha de casos como el del polvorín) y que la identidad del pueblo leonés es reconocida y respetada en el mundo entero. Lo malo de este sueño es que cuando me despierto al día siguiente de haber votado y se desvanece el hechizo de los pérfidos brujos, encuentro a mi tierra sumida en el fondo del pozo al que parece estar condenada para la eternidad.