Millones de personas denunciando la corrupción de un sistema que irremediablemente nos conduce a los años 40 del siglo pasado. Millones de personas quejándose amargamente cada día de una clase política desvergonzada, caciquil, trepa, ladrona, ruin, miserable... Millones de personas llorando porque su futuro y el de varias generaciones venideras está siendo expoliado por los fantasmas de los mercados, debajo de cuya sábana están los ricos y poderosos que tienen como única aspiración, volver a vernos con la boina en la mano bajando la cabeza ante el señorito de turno. ¿Y qué hacemos los ciudadanos además de llorar y llorar...? ¡NADA, ABSOLUTAMENTE NADA! Escondemos la cabeza en la tierra y seguimos permitiendo que nos sigan gobernando en su provecho los mismos de siempre, es decir, los malos, porque solo unos personajes oscuros y llenos de maldad pueden permitir este brutal retroceso social. Pero no nos engañemos, los culpables de esta historia no son nuestros depravados gobernantes, ¡SOMOS NOSOTROS!, los que con nuestra actitud borreguil cada vez que llegan unas elecciones y con nuestro voluntario, resignado y brutal sometimiento a los designios de unos pocos mal nacidos, seguimos manteniendo en pie esta feroz e implacable dictadura que ahora sufrimos. ¡Hay que rebelarse contra este cruel destino que nos espera! Hay que hacer saber en las calles cada día y cara a cara a esta gentuza que no estamos dispuestos a dar ni un paso atrás para que ellos sigan engordando sus barrigas y sus cuentas con nuestra sangre y sudor. ¡¡¡BASTA YA DE LLOROS Y LAMENTOS INÚTILES!!! No debemos perder ni un segundo más y, de forma PACÍFICA pero CONTUNDENTE, tenemos que hacer saber a las alimañas dirigentes que se acabó el cuento y la época dorada..., pero que se acabó para ellos, no para el obrero que siempre ha vivido de su esfuerzo y sacrificio. ¡Aquí o vivimos todos o tiramos al rico al río!, y eso debemos ser capaces de exigirlo, cuanto antes mejor.
viernes, 1 de junio de 2012
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1 comentario:
Somos demasiado borregos para cambiar de un día pa otro. a ver si las próximas generaciones lo arreglan prque nosotros estamos hechos al pesebre y aunque cda vez nos echen menos en el, nuestro miedo nos hará antes morir de hambre que soltar una coz.
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