miércoles, 10 de diciembre de 2008

Subsistencia

Si en León no destruímos nuestro patrimonio para malsubsistir, nos morimos de asco y de pena. La Junta ha autorizado los cielos abiertos para dejarnos agonizar lentamente, mientras vemos como lo poquito que nos queda, lo van destruyendo. Para más regocijo nos lo venden diciendo que es por nuestro bien. Con el cinco por ciento de todo lo que ha acaparado Boecillo, con ayuda política, bastaría para relanzar la economía de toda la montaña leonesa, y conservar sus valores naturales. Pero no, es mejor proteger la urbe pucelana, desde donde se gobierna todo y las muchas y variadas poltronas son cada vez más cómodas y grandes, y los demás que se jo...roben y que se busquen el pan con el sudor de su frente, y en el caso de León, que se coman sus piedras que para eso las tienen. La urbe no puede perder ningún privilegio, porque eso significaría perderlo en calidad de vida los que allí tienen su parasitario modus vivendi. Y los leonesitos a tragar y a bendecir el pan, aunque sea duro, que nos arroja Castilla. Que listos son, si defendemos nuestro patrimonio se rebelan los lacianiegos porque dicen que es su pan de hoy, y si no lo defendemos le estamos quitando el pan de mañana a nuestros hijos. ¿Qué hacer? Sólo se me ocurre una idea que puede salvar a todo y a todos de esta pesadilla: ¡la UNIÓN de TODOS los leoneses de buena fé y conseguir cuanto antes la autonomía para esta tierra! No veo otra salida,aunque esta tan lejos, que casi ni la veo.

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