Malos presagios

Los más negros presagios acechan de nuevo a la Región Leonesa. La Junta Vallisoletana , al ver que el pueblo rugía con fuerza en contra de la fusión( fagocitación Pucelana) de las cajas, han decidido variar la estrategia para lograr sus fines. Los junteros dado que sus métodos dictatoriales y sus amenazas hamponas, sólo hacían que enredar las cosas y embravecer al personal, han decidido que los mansos pasen al primer plano, y que sean ellos los que conduzcan el proceso de integración. Rápidamente los directores de las cajas se han puesto manos a la obra, y han sacado a la luz un comunicado diciéndonos a todos, que dejemos a las entidades financieras actuar de forma independiente, y ya verás que fusión más maja les sale. Santos Llamas por parte de CajaEspaña, reconoce que las entidades financieras vienen trabajando en ello desde las navidades, y que ahora que los políticos se sitúan en la sombra, y con el apoyo del Banco de España , esto es “pan comido”.También el director de CajaBurgos empieza ya a calmar a los burgaleses, diciéndoles que tranquilos que Burgos va a ser la capital financiera de la Comunidad(¡pero si los políticos siempre han dicho que es León!). En fin en tan sólo un par de días han hecho un enorme despliegue de estrategia en los medios de comunicación, para satisfacer a sus amos, que por supuesto, lo han recibido con enormes muestras de alegría. Ahora sólo nos queda confiar en un político tan poco fiable como Paco Fernández para que la mezquindad y el egoísmo, no triunfen de nuevo en la Región Leonesa. La otra y casi imbatible opción, sería la unión de las gentes de Burgos y de León, antes que las promesas(engaños) de unos y otros las acaben confundiendo y haciéndolas enemigos irreconciliables. Hoy por hoy la segunda opción, este Barquero leonés, de momento la considera inviable, porque el leonesismo está encabezado por un partido inerte y desahuciado en todos los sentidos, hasta por sus propios miembros, y aunque en Burgos hubiera alguien capaz de aglutinar a los ciudadanos, ellos por si solos serían incapaces de luchar contra la enorme maquinaria de la Junta. Esto tiene mala pinta, y habrá que confiar casi en un milagro, para que la enésima traición al pueblo leonés no se consume. Pero aún cuando esta indignidad suceda, no debemos caer en el desánimo, y seguir luchando para que la identidad leonesa no extinga, nuestra tierra se lo merece y se lo debemos a nuestros antepasados y a nuestros descendientes.